“Es completamente lo contrario de lo que pensábamos”


De alguna manera, la mayoría de los macacos rhesus que viven en una isla frente a la costa de Puerto Rico sobrevivieron a la devastación del huracán María.

Sin embargo, sus comportamientos han cambiado drásticamente desde la forma en que actuaron antes de esa tormenta extrema de 2017.

¿Lo que está sucediendo?

Como informó NPR, los científicos llevaron macacos rhesus a la pequeña isla de Cayo Santiago en 1938 para crear un sitio de campo experimental para observarlos en la naturaleza. Describieron a los monos como agresivos, jerárquicos, intolerantes y competitivos.

El huracán María destruyó su hábitat, incluidos aproximadamente dos tercios de la vegetación de la isla. Sólo quedaba pleno sol, con muy poca sombra.

Sin embargo, los monos no estaban peleando por los pequeños parches de sombra para refrescarse, como lo harían normalmente según patrones de comportamiento pasados.

En cambio, los monos aceptaron estar más juntos para compartir la sombra y no fueron tan agresivos como lo habían sido antes de que cambiara su hábitat.

Mire ahora: ¿Cómo causó estragos el huracán Helene tan tierra adentro?

“Es completamente lo contrario de lo que pensábamos que haría este primate”, dijo Lauren Brent, ecologista del comportamiento de la Universidad de Exeter. “Lo que intentas hacer es bajar la temperatura corporal de la manera más eficiente posible”.

¿Por qué son importantes los cambios en el comportamiento animal?

Los comportamientos animales tienen sus raíces en sus estructuras sociales y en cómo afrontan los desafíos naturales.

Desde una perspectiva humana, que los macacos se vuelvan más flexibles y tolerantes puede parecer una mejora positiva. Sin embargo, no está claro qué efectos a largo plazo resultarán de los cambios de comportamiento en toda la población.

El aumento de las temperaturas y los fenómenos meteorológicos extremos alteran la forma en que los seres humanos, la vida silvestre y las plantas se adaptan y transforman a las nuevas condiciones normales. La flexibilidad social de los macacos rhesus es sólo un ejemplo de cómo las especies se adaptan a nuestro clima cambiante.

¿Qué se está haciendo con respecto a la pérdida del hábitat de la vida silvestre?

Los científicos han estado estudiando de cerca el comportamiento de los animales a medida que los fenómenos meteorológicos intensos se vuelven más frecuentes durante períodos de tiempo relativamente cortos.

Algunos otros mamíferos, como el pecarí de labios blancos, alteran su comportamiento y se vuelven más nocturnos para afrontar el calor. Este cambio ofrece la esperanza de que las especies puedan ser resistentes al aumento de las temperaturas y aún prosperar en nuestro mundo.

Mientras tanto, otras investigaciones revelan mayores riesgos de extinción debido a temperaturas más cálidas y cambios forzados en los patrones de alimentación.

Todas estas son lecciones que también debemos aprender como seres humanos. Podemos hacer nuestra parte para limitar los impactos negativos de las adaptaciones relacionadas con el clima adoptando hábitos más sostenibles en la vida diaria e incorporando plantas nativas dentro de rangos regionales más amplios para prepararnos para impactos futuros y apoyar a los polinizadores y la vida silvestre locales.

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