Caída de la Casa de Assad, con una fortuna de mil millones de libras y crimen en las manos
No parecía un dictador. Torpe y desgarbado, con gestos modestos, al menos hasta que abrió la boca, Bashar al-Assad no exudaba mínimo del machismo de otros hombres fuertes árabes como Muammar Gaddafi o Saddam Hussein. Su esposa Asma lo llamó “pato”, presumiblemente porque se parecía un poco a uno, aunque su gentío ignorante pensaba que … Read more