Unos días posteriormente de tratar de sonar musculoso sobre su deseo de exprimir la migración lícito, el primer ministro se está centrando en Albania en llegadas ilegales.
El país de los Balcanes ha proporcionado una rara historia de éxito británica en la política y la diplomacia increíblemente difíciles de intentar achicar la migración ilegal.
En 2022, rodeando de 12.500 albaneses cruzaron el Canal de la Mancha en tranco pequeño, pero el número se ha escaso enormemente.
El zaguero gobierno, y luego este, estableció campañas para poner a las personas intentando el delirio y se han devuelto muchos más migrantes.
Sir Keir Starmer quería apoyarse en este éxito heredado de los conservadores, y buscó hacer una virtud de ser el primer primer ministro britano en hacer una recepción oficial al país.
Pero igualmente quería departir de negociaciones con un puñado de países europeos no identificados que podrían tomar temporalmente a los solicitantes de inclusa fallidos que han fatigado todas las vías para permanecer en el Reino Unido.
Downing Street dijo a los periodistas que el movimiento podría detener a los solicitantes de inclusa fallidos deteniendo la deportación “usando varias tácticas, ya sea perdiendo su papeleo o usar otras tácticas para frustrar su exterminio”.
El portavoz del primer ministro agregó que aseguraría que igualmente no puedan hacer que su exterminio sea más difícil “mediante el uso de tácticas como iniciar una comunidad”.
Comparación de Ruanda
Es una idea interesante, que dibuja paralelos iniciales con el plan del zaguero gobierno para expedir a algunos migrantes a Ruanda, pero es diferente.
Los conservadores querían expedir personas al país africano inmediatamente posteriormente de su presentación al Reino Unido, para presentar un publicidad de inclusa allí u otro país “seguro”.
Argumentaron, dados los números que llegan a pequeños barcos, se necesitaba un cambio de política radical para posponer a las personas.
Encaje argumentó que era un desperdicio de fortuna muy costoso y desechaba la idea.
Ahora están hablando su propio plan más prieto.
Pero la curiosidad es que eligieron hacer exactamente eso mientras visitan un país que no está interesado en organizar lo que se llaman “Hubs de regreso”.
Tiempo incómodo
Y tuvimos que descubrir eso sin rodeos, cuando tan pronto como Sir Keir Starmer había presentado el caso de la idea, el hombre se paró a su flanco, su homólogo albanés Edi Rama, dijo que no harían más ofertas que el que ya tienen con Italia, su vecino sobre el Mar Adriático.
Downing Street insistió en que su propio acuerdo con Albania “nunca fue planeado como parte de las discusiones”.
Sin bloqueo, en sinopsis, no habían podido respaldar la idea más llamativa de la que estaban hablando coincidía con las imágenes, el telón de fondo, el tablado en el que estaban.
Cue, los conservadores, cuyo récord en los cruces de botes pequeños fue insuficiente, pero que pueden señalar ese éxito específico con Albania, aprovechando la incómoda yuxtaposición de Sir Keir y calificándolo de “vergüenza”.
Es otro episodio que sirve como un recordatorio de lo difícil que es encontrar soluciones viables, prácticas y entregables a un tema masivo y confuso, que en el gobierno reconocen que simplemente tienen que controlar.
De alguna guisa.