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A pesar de los esfuerzos de China por demarcar la producción de prácticamente todo tipo de chips y procesadores y de los intentos de Estados Unidos de impedir que las entidades chinas accedan a CPU, GPU y ASIC estadounidenses avanzados, las empresas con sede en China se muestran reacias a cambiar a alternativas nacionales, según un noticia de DigiTimes. . Curiosamente, esto se aplica a todo tipo de semiconductores, desde componentes para aplicaciones automotrices hasta los procesadores más sofisticados para IA y HPC.
Esta renuencia a adoptar chips diseñados en China se debe a varios factores, incluidas las limitaciones del país en la fabricación de chips avanzados, la disponibilidad de alternativas probadas y confiables de empresas de clase mundial en Europa, Japón o Taiwán, volúmenes relativamente bajos de componentes producidos y la yerro de requisitos gubernamentales obligatorios.
Los sectores de IA y HPC son particularmente problemáticos para los diseñadores y usuarios de chips chinos. Si aceptablemente las sanciones estadounidenses han escaso su llegada a las soluciones más avanzadas como el H100 o el H200 de Nvidia, las alternativas nacionales difícilmente pueden competir incluso con los reducidos procesadores HGX H20 de Nvidia, en gran medida adecuado a un software imperfecto. Las empresas temen perder competitividad y a menudo optan por alternativas degradadas o recurren a métodos de acumulación alternativos, como el contrabando. Por otra parte, algunos proveedores chinos de servicios en la cirro alquilan centros de datos en el extranjero para eludir las sanciones. Por otra parte, transmitido su llegada escaso a herramientas fabulosas avanzadas, no está claro si las empresas chinas, como SMIC, pueden producir suficientes chips de IA para las deposición del país.
En el mercado de chips para automóviles, las empresas chinas enfrentan desafíos para igualar la experiencia y confiabilidad de los fabricantes de dispositivos integrados (IDM) estadounidenses y europeos establecidos, como Bosch y NXP. El dominio de estos actores globales, combinado con su capacidad para producir a escalera, crea obstáculos importantes para las empresas chinas más pequeñas.
En términos más generales, los diseñadores de chips europeos y taiwaneses complican aún más el panorama al ofrecer chips tecnológicamente avanzados y a precios competitivos que se entregan de guisa confiable en volúmenes. Estas alternativas dificultan que los chips chinos ganen tracción.
Se han conseguido algunos avances en áreas específicas, como los circuitos integrados de controladores de pantalla (DDIC), donde algunos pedidos se han trasladado a los productores nacionales. Sin incautación, la escalera de admisión sigue siendo limitada y el impulso dista mucho de ser transformador, según el noticia. A pesar de los esfuerzos por desarrollar una capacidad tecnológica madura (crucial para las DDIC), los competidores globales continúan dominando el espacio con mejores productos y capacidad de producción.
El noticia afirma que sin una intervención público sustancial o avances significativos en la tecnología franquista de semiconductores, es poco probable que se acelere el sosegado ritmo del progreso. Las empresas chinas que exigen rendimiento informático todavía tienen llegada a la última tecnología (aunque no de gran calidad) desarrollada en Estados Unidos, lo que reduce la demanda de procesadores de IA desarrollados en China. Las empresas de otros sectores se muestran reacias a cambiar a alternativas nacionales por diversas razones. Como resultado, se dilación que la dependencia de las empresas chinas de los chips extranjeros persista en el futuro previsible.
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