LAS VEGAS (AP) — El soldado en extremo condecorado de las Fuerzas Especiales que se suicidó en la ataque de un Cybertruck el día de Año Nuevo le confió a una exnovia, que había servido como enfermera del ejército, que enfrentó un dolor y un cansancio significativos que, según ella, fueron esencia. Síntomas de laceración cerebral traumática.
Matthew Livelsberger, de 37 primaveras, recibió cinco veces la Destino de Bronce, incluida una con un dispositivo en V por su valencia bajo fuego. Era muy privado pero compartió imágenes y textos con Alicia Arritt, de 39 primaveras, a quien conoció y comenzó a salir en Colorado en 2018. En ellos habló sobre el cansancio, el dolor que lo mantenía despierto por las noches y el revivir la violencia de su despliegue en Afganistán.
“Mi vida ha sido un averno personal durante el postrer año”, dijo Arritt durante los primeros días de su relación, según mensajes de texto que ella proporcionó a la AP. “Es reconfortante tener a una persona tan agradable”.
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Arritt incluso sirvió en servicio activo en el ejército como enfermera de 2003 a 2007, desplegándose en el enorme complicado médico marcial en Alemania, donde ayudó a tratar a muchos soldados con lesiones cerebrales traumáticas y lesiones por explosiones en intensos combates terrestres en Afganistán e Irak.
Dijo que el ejército no logró brindarle a Livelsberger la atención que necesitaba, síntomas que vio en él ya en 2018.
“Pasaba por períodos de frugalidad y luchaba contra la depresión y la pérdida de memoria”, dijo Arritt. “Dijo que fue una herida por ataque. Sufrió varias conmociones cerebrales por eso”.
Livelsberger incluso tuvo dificultades con el trastorno de estrés postraumático y reviviría parte de la violencia y los asesinatos en los que participó o presenció en Afganistán.
“Lo alentaría a que recibiera terapia y él me daría razones por las que no podía hacerlo”, dijo Arritt. “Había mucho estigma en su mecanismo, eran, ya sabes, tipos grandes y fuertes de las Fuerzas Especiales allí, no se permitía la cariño y lo que veían era la sanidad mental como cariño”.
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