WASHINGTON (AP) — Meses después de la guerra de Rusia en Ucrania, Estados Unidos tenía información de inteligencia que apuntaba a “conversaciones altamente sensibles y creíbles dentro del Kremlin” de que el presidente Vladimir Putin estaba considerando seriamente usar armas nucleares para evitar pérdidas importantes en el campo de batalla, informó el periodista Bob Woodward en su nuevo libro, “Guerra”.
La inteligencia estadounidense señaló un 50% de posibilidades de que Putin usara armas nucleares tácticas si las fuerzas ucranianas rodearan a 30.000 soldados rusos en la ciudad sureña de Kherson, dice el libro. Apenas unos meses antes, en el extremo noreste, las tropas ucranianas habían sorprendido a los rusos al recuperar Kharkiv, la segunda ciudad más grande de Ucrania, y estaban girando para liberar Kherson, estratégicamente ubicada en el río Dnieper, no lejos del Mar Negro.
El asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan, miró “con pavor” la evaluación de inteligencia (descrita como proveniente de las mejores fuentes y métodos) a fines de septiembre de 2022, siete meses después de la invasión de Rusia, dice el libro. Causó alarma en toda la administración Biden, elevando la posibilidad de que Rusia use armas nucleares del 5% al 10% al ahora 50%.
Según el relato de Woodward, el presidente Joe Biden le dijo a Sullivan que “se pusiera en contacto con los rusos. Dígales qué haremos en respuesta”.
Dijo que usara un lenguaje amenazador pero no demasiado fuerte, dice el libro. Biden también se dirigió directamente a Putin en un mensaje, advirtiendo de las “consecuencias catastróficas” si Rusia utilizara armas nucleares.
El último libro del famoso reportero de Watergate también detalla las conversaciones de Donald Trump con Putin desde que dejó el cargo, las frustraciones de Biden con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y más. The Associated Press obtuvo una copia anticipada del libro de Woodward, que saldrá la próxima semana.
El libro proporciona detalles internos intrigantes sobre la evaluación estadounidense de la posibilidad de que Putin despliegue armas nucleares, pero las preocupaciones de la administración Biden de que Rusia pudiera usar armas nucleares tácticas en Ucrania no eran secretas. Desde el presidente hasta abajo, numerosos funcionarios advirtieron a Putin contra esto.
Putin y otras voces del Kremlin también han amenazado con frecuencia a Occidente con el arsenal nuclear de Rusia. En una nueva y fuerte advertencia a Occidente a finales del mes pasado, Putin dijo que cualquier ataque convencional de una nación contra Rusia que cuente con el apoyo de una potencia nuclear será considerado un ataque conjunto contra su país.
La amenaza tenía como objetivo disuadir a Occidente de permitir que Ucrania atacara profundamente a Rusia con armas de mayor alcance y parece reducir significativamente el umbral para el posible uso del arsenal nuclear de Rusia. Biden se ha abstenido de permitir que Ucrania ataque objetivos militares más profundamente dentro de Rusia con misiles proporcionados por Estados Unidos por temor a una escalada de la guerra, incluso cuando el presidente ucraniano Volodymyr Zelenskyy pide permiso.
En otra acalorada conversación expuesta en el libro de Woodward, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, se enfrentó a su homólogo ruso, Sergei Shoigu, en octubre de 2022.
“Sabemos que están contemplando el uso de armas nucleares tácticas en Ucrania”, dijo Austin, según Woodward. “Cualquier uso de armas nucleares a cualquier escala contra alguien sería visto por Estados Unidos y el mundo como un acontecimiento que cambiaría el mundo. No existe ninguna escala de armas nucleares que podamos pasar por alto o que el mundo pueda pasar por alto”.
Mientras Shoigu escuchaba, Austin insistió, señalando que Estados Unidos no le había dado a Ucrania ciertas armas y había restringido el uso de algunas de las que le había proporcionado. Advirtió que se reconsiderarían esas limitaciones. También señaló que China, India, Turquía e Israel aislarían a Rusia si utilizara armas nucleares.
“No me agrada que me amenacen”, respondió Shoigu, dice el libro.
“Señor. Ministro”, dijo Austin. “Soy el líder del ejército más poderoso de la historia del mundo. No hago amenazas”.
Según un funcionario estadounidense, la llamada de Austin a Shoigu el 21 de octubre de 2022 fue de hecho para advertir a Rusia contra cualquier uso de armas nucleares. El funcionario dijo que la llamada fue polémica. El funcionario, que habló bajo condición de anonimato para discutir las deliberaciones internas, confirmó que había informes de inteligencia en ese momento que se referían a mayores indicios del uso potencial de armas nucleares por parte de Rusia y que desencadenaron crecientes preocupaciones dentro de la administración. El funcionario dijo que los líderes de todo el gobierno recibieron instrucciones de llamar a sus homólogos para transmitir el mismo mensaje.
Los funcionarios de inteligencia estadounidenses consideraron que China tenía la mayor influencia sobre Rusia, y Biden llamó al presidente chino, Xi Jinping, sobre la necesidad de disuasión, escribió Woodward.
Xi acordó advertir a Putin, según el libro. Biden y Xi se reunieron y acordaron en noviembre de 2022 que “nunca se debe librar una guerra nuclear” y señalaron su oposición al uso o la amenaza de desplegar armas nucleares en Ucrania, según dijo en ese momento un comunicado de la Casa Blanca.
En términos de que la guerra comience, el libro detalla las críticas de Biden a finales del año pasado al manejo del presidente Barack Obama de la toma de Crimea y una sección del Donbass por parte de Rusia en 2014, en un momento en que Biden se desempeñaba como vicepresidente demócrata.
“Se equivocaron en 2014”, escribió Woodward que Biden le dijo a un amigo cercano en diciembre, culpando a la falta de acción por la agresión de Putin en Ucrania. “Barack nunca tomó en serio a Putin”.
Biden estaba enojado mientras hablaba con el amigo y dijo que “nunca debieron haber dejado que Putin entrara allí” en 2014 y que Estados Unidos “no hizo nada”.
La portavoz de la Casa Blanca, Emilie Simons, dijo a los periodistas que “se están escribiendo muchos libros sobre esta administración y otras” y que “no vamos a comentar cada anécdota que pueda surgir de diferentes informes”.