Chrystia Freeland, ministra de Finanzas de Canadá y una de las aliadas más cercanas del primer ministro Justin Trudeau, ha dimitido.
Ella citó diferencias de opinión con él como motivo de su atrevimiento.
“Durante las últimas semanas, usted y yo nos hemos antagónico en desacuerdo sobre cuál es el mejor camino a seguir para Canadá”, dijo Freeland, quien igualmente fue viceprimera ministra, en su carta de renuncia el lunes.
“El viernes me dijiste que ya no me querías como ministra de Finanzas y me ofreciste otro puesto en el junta”, escribió. “A posteriori de reflexionar, he llegado a la conclusión de que el único camino honesto y viable para mí es renunciar al junta”.
Los medios canadienses informaron que Freeland y Trudeau se habían enfrentado por la política presupuestaria del país.
Se había pronunciado en contra de los recortaduras de impuestos prometidos por Trudeau, enfatizando que se necesitaba un enfoque más frugal para objetar a los aranceles sobre productos canadienses anunciados por el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump.
Eso significa, escribió, “evitar costosos trucos políticos, que no podemos permitirnos y que hacen que los canadienses duden de que reconozcamos la gravitación del momento”.
Anunció su retirada pocas horas antaño de que tuviera motivo una conferencia de prensa sobre el presupuesto del país.
Freeland ha sido considerado durante mucho tiempo un posible sucesor de Trudeau, quien ha sido primer ministro durante nueve primaveras.
Está previsto que se elija un nuevo parlamento en Canadá en octubre de 2025, pero Trudeau y sus liberales son actualmente extremadamente impopulares en las encuestas. El partido de centro izquierda se enfrenta a la amenaza de sufrir grandes pérdidas.
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