Un gato ruso gordo que no es el mayor fanático de las dietas está demostrando ser muy identificable en su lucha por deshacerse de los kilos de más.
Kroshik, que se traduce en inglés como “Little Baby” o “Crumbs”, es todo menos poco gracias a que recibió demasiado amor en su antiguo hogar. Si bien sigue tan lindo como siempre, su cuerpo está luchando por funcionar bajo todo ese exceso de grasa, algo que el Refugio Matroskin en Perm, Rusia, pretende arreglar.
El enorme felino naranja pesaba la friolera de 38 libras cuando el Refugio Matroskin lo acogió, 28 libras más que el peso promedio de un gato doméstico. Un gato Maine Coon puede pesar más cerca de 25 libras pero, bueno, Kroshik no engaña a nadie haciéndole creer que es simplemente una raza de “huesos grandes”.
A Kroshik le espera una “larga y laboriosa recuperación”
“Podría ser uno de los cinco gatos más gordos del mundo, pero lo único que quiere es aprender a caminar de nuevo”, dice una publicación compartida por el refugio y traducida del ruso.
El rescate dijo que ni siquiera pudo completar una evaluación total de la salud de Kroshik, ya que sus capas de grasa impedían que los sensores de su máquina de ultrasonido funcionaran.
Kroshik tiene una “recuperación larga y laboriosa”, dijo el refugio. Por suerte, sus voluntarios tienen un plan.
Kroshik participa en un programa de pérdida de peso especialmente diseñado, con el objetivo de perder entre 2,5 y 5,3 onzas por semana. Vive en un centro de rehabilitación, donde recibe alimentación dietética especial, supervisión médica, hidroterapia y caminatas en cinta caminadora.
¿Le encanta la dieta y el ejercicio? Bueno, ciertamente no lo parece, pero seamos honestos, nadie lo parece. A pesar del aparente desdén de Kroshik por el programa, está funcionando: recientemente pesó 32 libras.
Seis libras menos, sólo faltan unas 20, pero si Kroshik puede hacerlo, cualquiera puede.
Este artículo apareció originalmente en USA TODAY: Mire cómo un gato muy gordito emprende un gran viaje para perder peso.
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