En un desierto de California, a unas horas al boreal del Dodger Stadium, los estadounidenses de origen japonés fueron retenidos en campos durante la Segunda Eliminación Mundial, un capítulo negro en la historia estadounidense. En esa oscuridad, los prisioneros encontraron momentos de luz en el pasatiempo doméstico de Estados Unidos y ahora un montón de sus descendientes regresaron al sitio para retornar a retozar a la pelota. Emilie Ikeda de NBC informa en el Sunday Spotlight de esta semana.
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