La mujer que se volvió virulento posteriormente de que se negó a renunciar a su asiento de la ventana a un chaval que llora ha presentado una demanda contra la aerolínea y el pasajero que la filmó.
De acuerdo a The New York PostJennifer Castro está demandando a las aerolíneas de Gol con sede en Río de Janeiro en Brasil y la mujer que la filmó. Castro, de 29 abriles, está demandando por angustia y daños causados por el incidente.
La mujer le dijo El post Ella está demandando “para evitar una vergüenza pública similar”.
“Desde ese incidente, mi vida ha cubo un desvío que nunca podría acaecer imaginado”, dijo a The Outlet. “Lo que debería acaecer sido solo un planeo ordinario se convirtió en una situación extremadamente vergonzosa, exponiéndome injustamente y causando consecuencias que afectaron mi vida personal y profesional. Yo era el objetivo de juicios, ataques y especulaciones de personas que ni siquiera conocen la historia completa”.
La prueba se desarrolló el 4 de diciembre cuando el nativo brasileño abordó su planeo. Mientras caminaba en dirección a su asiento, Castro encontró a un chaval en su asiento de ventana asignado. Se ha informado que el chaval quería continuar mirando por la ventana, pero Castro ordenó al chaval salir de su asiento. Posteriormente de que el chaval se mudó y comenzó a sollozar, otro pasajero (no la superiora) comenzó a filmar a Castro y la castigó.
“Estoy grabando tu cara, esto es asqueroso”, dijo la mujer en portugués, explotando a Castro en el video virulento de Tiktok. “Es el siglo XXI y la familia no tiene empatía por los niños”.
Durante una aparición en el podcast Posaderas Mais, Castro explicó su banda de las cosas.
“Dije: ‘Este es mi asiento’ y esperé a que se fuera ‘”, explicó. “Un pequeño al otro banda del pasillo dijo ‘cambia con él, te sientas al banda del pasillo y tendrá tu punto'”.
Pero Castro no lo tenía.
“El chaval lloró todo el planeo, estaban a unos 50 minutos desde Río de Janeiro hasta Belo Horizonte”, continuó. “La superiora era muy grosera”.
Castro dijo que su vida se puso patas hacia lo alto oportuno al incidente. Ella dijo que las repercusiones afectaron su vida personal y profesional, y que tenía miedo porque “hay muchas personas malas en el mundo”.
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“Decidí demandar a la aerolínea porque lo que me sucedió fue una gran vergüenza, y esta situación nunca debería acaecer llegado a este punto”, dijo. “Nadie merece acaecer por lo que pasé, filmado, insultado y atacado solo por profesar un derecho nuclear. Esta demanda no se prostitución solo de reparaciones, sino igualmente de establecer un frontera en este tipo de comportamiento”.
El incidente causó un alboroto, desde las personas que la avergonzaban por negarse a renunciar a su asiento de la ventana en un planeo de 50 minutos a otros que corren en su defensa.
De hecho, la ola de seguidores de Castro reforzó sus seguidores en las redes sociales. Castro ahora tiene más de 2 millones de seguidores en Instagram.