China inyecta medio billón de dólares al asediado sector inmobiliario. Pero eso no es suficiente


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Las acciones inmobiliarias chinas se desplomaron el jueves, después de que inversores y economistas consideraran que las medidas anunciadas por funcionarios para impulsar el debilitado mercado inmobiliario eran demasiado fragmentadas.

Después de que los sombríos datos económicos del verano generaran preocupación de que China pudiera no alcanzar su objetivo de tasa de crecimiento del 5%, el líder Xi Jinping finalmente decidió seguir adelante con un paquete de estímulo muy necesario, centrado principalmente en medidas monetarias, en la última semana de septiembre.

Desde entonces, los economistas han estado esperando un paquete de estímulo adicional por valor de hasta 10 billones de yuanes (1,4 billones de dólares) para restaurar el optimismo en la segunda economía más grande del mundo. La conferencia de prensa del jueves del Ministerio de Vivienda no cumplió esas esperanzas.

“(Los) apoyos a la vivienda anunciados hoy siguen siendo de naturaleza incremental”, dijo a CNN Larry Hu, economista jefe para China de Macquarie. “Pueden ayudar a aliviar las dificultades financieras de los promotores, pero pueden no ser suficientes para estabilizar el mercado inmobiliario”.

Los inversores estuvieron de acuerdo, lo que hizo que las acciones del índice inmobiliario de referencia CSI300 de China cayeran un 5%, revirtiendo días de ganancias. El índice Shanghai Composite cotizó plano por última vez, mientras que el índice Hang Seng de Hong Kong subió medio punto porcentual, renunciando a mayores ganancias obtenidas más temprano en el día.

Durante la conferencia de prensa, el Ministerio de Vivienda y Desarrollo Urbano-Rural prometió casi duplicar los préstamos bancarios para proyectos inmobiliarios designados a cuatro billones de yuanes (561 mil millones de dólares) para fines de 2024.

En enero, China dio a conocer una “lista blanca” de proyectos de construcción, que permitía a los bancos otorgarles préstamos para ayudarlos a llegar a la meta y llegar a manos de los compradores.

“(Estamos) llenos de confianza en la recuperación del mercado inmobiliario y nos centraremos en su implementación en el futuro”, dijo el ministro de Vivienda, Ni Hong.

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El ministro de Vivienda chino, Ni Hong, asiste a una conferencia de prensa sobre el sector inmobiliario en Beijing, China, el 17 de octubre de 2024. – Florence Lo/Reuters

Xiao Yuanqi, subdirector de la Administración de Supervisión Financiera, añadió en el evento que hasta el 16 de octubre, los préstamos aprobados para los proyectos inmobiliarios de la “lista blanca” ya habían alcanzado los 2,23 billones de yuanes (313 mil millones de dólares).

Preocupación generalizada

Se cree ampliamente que el debilitado sector inmobiliario es la raíz de los numerosos problemas económicos de China. El sector alguna vez representó hasta el 30% de la actividad económica. Actualmente, representa aproximadamente una cuarta parte de la economía china y el 70% de la riqueza de los hogares.

En septiembre, el gobernador del banco central, Pan Gongsheng, intentó abordar la preocupación generalizada sobre el estancamiento del crecimiento anunciando recortes de una de sus tasas de interés clave, la tasa de recompra inversa a siete días, del 1,7% al 1,5%. También redujo el coeficiente de reservas obligatorias para los bancos en medio punto porcentual, lo que liberaría alrededor de 1 billón de yuanes (142.000 millones de dólares) para nuevos préstamos.

Además, reveló recortes a las hipotecas existentes y redujo el pago inicial mínimo de la hipoteca del 25% al ​​15% para los compradores de vivienda por segunda vez. El mercado inmobiliario comenzó a enfriarse en 2019 y cayó en una profunda depresión unos dos años después, después de una represión liderada por el gobierno sobre el endeudamiento de los promotores.

La crisis resultante ha provocado una caída precipitada de los precios inmobiliarios y una pérdida de confianza entre los consumidores. Los individuos y las empresas han estado tratando de preservar su riqueza vendiendo activos y recortando el consumo, así como la inversión, lo que ha asestado un golpe al crecimiento económico.

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