En sus dos temporadas anteriores, los Detroit Pistons ganaron 31 juegos combinados. El miércoles, ganaron su 33º surtido de la temporada. Y cómo.
Los Pistons lograron su octava conquista consecutiva con una acto dominante en la segunda centro contra los además de los Boston Celtics, terminando con una conquista de 117-97. La ráfaga de Win es la más larga de los Pistons desde la temporada 2007-08.
Los Celtics, que estaban sin Jaylen Brown adecuado a una contusión del muslo, estaban en una ráfaga de seis juegos.
Detroit se veía admisiblemente en camino a una conquista en la primera centro, manteniendo una delantera de 15 puntos en un punto en el segundo cuarto. Sin retención, una furiosa carrera de los Celtics dejó a los equipos empatados en el medio tiempo, solo para que Detroit saliera y construya un liderazgo que alcanzó su punto mayor a los 23, que no perdieron.
Malik Beasley salió de la banca para liderar a los Pistons en anotaciones con 26 puntos en 10 de 15 disparos, más cinco rebotes, dos asistencias y cero pérdidas de balón. Cade Cunningham además continuó su campaña para el atleta más mejorado con 21 puntos y 11 asistencias.
Las últimas tres semanas han parecido un paso muy auténtico para los Pistons, que necesitaban uno. Al entrar en esta temporada, Detroit no había estado en los playoffs desde 2019, había estado corriendo a través de varias selecciones de suerte con resultados mediocres, y estuvo en su tercer monitor en tres abriles luego de despedir a Dwane Casey por Monty Williams y Williams por JB Bickerstaff.
Finalmente, poco está funcionando. El equipo ahora tiene un récord de 33-26, bueno para el sexto superficie en la Conferencia Este y solo un surtido detrás de los Indiana Pacers para el cuarto.