Por Joey Roulette, Giulia Segreti y Tim Hepher
MILÁN (Reuters) – China presentó el lunes una muestra de roca de la cara oculta de la Luna en una cumbre espacial eclipsada por cambiantes rivalidades políticas y comerciales, con la tradicional potencia espacial Rusia ausente de la reunión de Milán en medio de tensiones con Occidente.
El Congreso Astronáutico Internacional (IAC) ha sido un lugar desde 1950 para que científicos, ingenieros, empresas y políticos de naciones con capacidades espaciales discutan sobre cooperación, incluso durante la Guerra Fría.
En la última edición celebrada en Milán, la Administración Nacional del Espacio de China mostró una muestra de roca que su rover Chang'e 6 recogió de la cara oculta de la luna, la primera hazaña de este tipo y ampliamente vista como prueba del creciente estatus de potencia espacial de Beijing.
Un funcionario chino quitó una manta roja de una vitrina que contenía el diminuto fragmento lunar en una ceremonia presenciada por jefes de agencias espaciales de Europa, Estados Unidos, Japón y otros lugares.
Por su parte, la NASA mostró rocas que su nave espacial OSIRIS-REx recuperó del asteroide Bennu en 2023.
“Este es el momento más emocionante en el espacio desde la era Apolo en la década de 1960”, dijo a Reuters Clay Mowry, presidente de la Federación Astronáutica Internacional de 77 naciones, la organización sin fines de lucro que organiza el congreso anual.
Se esperaba que las conversaciones tocaran en gran medida la exploración lunar, la creciente coalición de la NASA bajo su programa lunar Artemis y la apremiante necesidad de Europa de un mayor acceso soberano al espacio.
Se ha enviado un récord de 7.197 resúmenes técnicos.
Se esperaba que el administrador de la NASA, Bill Nelson, aprovechara el evento para conseguir apoyo para los planes de recurrir a empresas privadas para reemplazar la envejecida Estación Espacial Internacional después de su retiro en 2030.
El laboratorio científico en órbita, que ya tiene más de dos décadas, ha sido un símbolo de la diplomacia espacial liderada principalmente por Estados Unidos y Rusia, a pesar de los conflictos en la Tierra.
Sin embargo, la agencia espacial rusa Roscosmos, una potencia histórica ahora aislada de Occidente después de la invasión de Ucrania por parte de Moscú en 2022, no tiene presencia oficial en el evento de este año.
La NASA ha estado invirtiendo miles de millones de dólares en su lanzamiento a la luna Artemis, pero también está interesada en mantener una presencia en la órbita terrestre baja para competir con la estación espacial china Tiangong, que ha albergado continuamente a astronautas chinos durante tres años.
Estados Unidos y China también están compitiendo para llevar a los primeros seres humanos a la Luna desde la última misión Apolo estadounidense en 1972. Ambos están cortejando agresivamente a países socios y apoyándose en gran medida en empresas privadas para sus programas lunares, dando forma a los objetivos espaciales de agencias espaciales más pequeñas.
LAS PRIORIDADES DE EUROPA
El evento del 14 al 18 de octubre es el más grande en el calendario espacial y se produce mientras la nación anfitriona, Italia, elabora un marco que establece reglas locales para la inversión privada. Quiere una claridad similar a nivel europeo, dijeron los funcionarios.
Un aumento en el tráfico espacial liderado por constelaciones de satélites de rápido crecimiento como Starlink ha generado preocupaciones sobre las colisiones de desechos espaciales y un campo creciente de otra basura espacial.
“Estas normas dan al ecosistema nacional orientación sobre cómo alcanzar nuestros objetivos y garantizar el uso del espacio de forma sostenible y útil”, afirmó el ministro de Industria de Italia, Adolfo Urso.
Gran parte del mundo occidental confía en SpaceX de Musk para acceder al espacio, lo que lleva a los países, incluido Estados Unidos, a alentar a nuevas empresas espaciales que puedan ofrecer cohetes más asequibles. La creciente red de Internet Starlink de SpaceX ha convertido a la empresa en el mayor operador de satélites del mundo.
Después de una pausa de un año, Europa recuperó el acceso no tripulado a la órbita con el vuelo de prueba de su lanzador Ariane 6 en julio.
Sin embargo, la industria europea de fabricación de satélites se enfrenta a presiones crecientes a medida que un mercado que alguna vez fue próspero para sus grandes satélites geoestacionarios hechos a medida se desplaza hacia una órbita más baja.
Leonardo de Italia, uno de los anfitriones del evento de una semana de duración, ha pedido una nueva estrategia para el sector espacial que abarque a su socio francés Thales y su principal rival en la fabricación de satélites, Airbus.
Fuentes de la industria dicen que las tres compañías están involucradas en conversaciones preliminares sobre la combinación de sus actividades satelitales, pero mucho dependerá de la actitud de una nueva Comisión Europea, que bloqueó los esfuerzos anteriores para forjar un solo actor.
(Edición de Jamie Freed y Christina Fincher)