Casi muero a posteriori de dar a luz. Diecinueve abriles a posteriori, mi hijo y el hijo del médico que me salvó la vida son compañeros de dormitorio en la universidad.


  • Jennifer Takos estuvo en la pelotón de cuidados intensivos durante tres semanas a posteriori del salida de su hijo.

  • A posteriori de que le diagnosticaran una enfermedad rara, sintió un vínculo ceñido con sus médicos.

  • Se sorprendió al ver al médico que le salvó la vida cuando llevó a su hijo a la universidad.

Este examen tal como lo dijeron se basamento en una conversación con Jennifer Takos. Ha sido editado para viejo extensión y claridad.

A posteriori del salida de mi hijo John, me sentí aliviada de que él estuviera sano y yo además. O al menos eso es lo que pensé.

tuve un cesárea planificada en NYU Langone Health. La tenebrosidad antiguamente de que me dieran el entrada, mi cónyuge Dimitri fue a casa para ocurrir tiempo con nuestra hija, que tenía 2 abriles. Queríamos que estuviera directorio cuando trajéramos a su hermano pequeño.

Esa tenebrosidad comencé a tener dificultad para respirar. Comencé a caminar por los pasillos, casi como si quisiera tomar un poco de atmósfera. Me detuve en la periodo de enfermeras para informarles que poco no estaba aceptablemente. Entonces, de repente, todo salió muy mal.

Mis pulmones se habían llenado de linaje.

No conmemoración mucho a posteriori de eso. Había tantos médicos y enfermeras encima de mí. Más tarde supe que el médico llamó a Dimitri y le dijo que fuera inmediatamente al hospital.

Había perdido la capacidad de respirar y los médicos determinaron que mis pulmones estaban llenos de linaje. Pero no sabían por qué estaba pasando eso. Durante tres semanas, mi cónyuge, mi hermano y mi padre estuvieron cerca en el hospital como médicos en la pelotón de cuidados intensivos Trabajó para exceptuar mi vida.

Finalmente, me diagnosticaron una rara enfermedad autoinmune: vasculitis ANCA positiva. había sido desencadenado por el parto. Los médicos me estabilizaron lo suficiente como para enviarme a casa, pero estuve muy enfermo durante los primeros abriles de la vida de John. Terminé en la UCI cinco veces más.

Visité regularmente al médico que me salvó.

Por eso me volví muy cercano a mis médicos. Dr. Ronald Goldenbergun entendido en cuidados intensivos, le había dicho a mi padre: “Voy a exceptuar a tu hija”. Lo hizo no sólo a posteriori del salida de John sino cada vez que yo regresaba a la UCI.

Cuando iba al hospital para un chequeo, visitaba al Dr. Goldenberg. Simplemente no hay modo de explicar la conexión y la devolución que sientes cuando algún no solo te salva la vida pero lo hace de una modo tan compasiva.

Finalmente, hace unos 13 abriles, se alejó de Nueva York y perdí contacto con el Dr. Goldenberg. Mi padre todavía se mantenía en contacto con él de vez en cuando, enviándole una caja de chocolates cada año en el aniversario de la primera vez que el Dr. Goldenberg me salvó la vida.

No lo volví a ver hasta la plazo de mudanza de mi hijo a la universidad.

Con el tiempo mi vitalidad se estabilizó, aunque sigo tomando medicamentos. Juan creció. A posteriori de graduarse de la escuela secundaria, se tomó un año sabatino para entretenerse hockey. Luego, se matriculó en la Universidad de Indiana para estudiar negocios.

Cuando llegamos a su dormitorio, vi una cara sencillo. John conducía y yo prácticamente salté del coche y dije: “¿Dr. Goldenberg?”

Fue más que una coincidencia. El hijo del Dr. Goldenberg, Jake, es un año beocio que John, pero entreambos estudian negocios y fueron asignados al mismo dormitorio. Un día en que miles de familias estaban trasladando a sus hijos, nos detuvimos calibrado cuando estaban fuera. Estoy seguro de que estaba destinado a ser así. Sentí paz al retener que John estaba exactamente donde se suponía que debía estar.

Recientemente, el Dr. Goldenberg visitó a Jake. Se reunieron con John y me enviaron una foto. A través de esta experiencia, John aprendió más sobre mi estado de vitalidad y lo aterradoras que fueron las semanas posteriores a su salida. Para mí, retornar a conectarme con el Dr. Goldenberg es un recordatorio de por qué tengo esta hermosa vida: gracias a él y al resto de mi increíble equipo de atención médica.

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