Un aumento de las acciones tras la salida y ningún plan de sucesión


La difícil situación de Pat Gelsinger en Intel podría ser una advertencia para los ejecutivos boomerang: incluso cuando una empresa te recupera y te nombra CEO, la vidriera de miel puede terminar en un instante.

La trabazón directiva de Intel anunció hoy el retiro de Gelsinger como director ejecutante, efectivo ayer. La compañía no nombró un sucesor y en su motivo nombró a dos ejecutivos como codirectores ejecutivos interinos para reemplazar a Gelsinger, un ex Intel perpetuo que ha sido director ejecutante durante sólo tres abriles. Intel además dijo que Gelsinger dejaría el consejo. En otras palabras, la empresa dejó poco beneficio a la interpretación de que Gelsinger había sido destituido.

“El día de hoy es, por supuesto, agridulce, ya que esta empresa ha sido mi vida durante la maduro parte de mi carrera profesional”, dijo Gelsinger en un comunicado.

En respuesta, los precios de las acciones de Intel se dispararon un 5% en las operaciones previas a la comercialización antaño de retornar a caer. Pero ese aumento puede poseer sido el objetivo de la trabazón, dice Jo-Ellen Pozner, profesora asociada de establecimiento en la Escuela de Negocios Leavey de la Universidad de Santa Clara. Las empresas a menudo optan por hacer grandes declaraciones como ésta porque saben que Wall Street responderá favorablemente, dice. Fortuna. Es una señal de que la empresa se toma en serio un cambio de dirección táctico, especialmente cuando un ejecutante además pierde su puesto en la trabazón directiva.

“Cuando un director ejecutante es reemplazado, cuando no ha habido un escándalo importante o algún indicio de irregularidad, conservará su puesto en la trabazón directiva, incluso si se negociación de una especie de posición ceremonial”, dice Pozner. “Es un examen de que han aportado, que son una parte importante del equipo, pero que se necesita un cambio”.

Sacar a Gelsinger de la trabazón directiva, añadió, “parece añadir insulto a la herida”.

La abrupta salida de Gelsinger fue inesperada dada su trayectoria en la empresa. Comenzó su carrera en Intel en la decenio de 1980 y pasó décadas allí antaño de dejarlo para liderar la empresa de software VMWare en 2009.

Desde el aparición de su mandato como director ejecutante en Intel, Gelsinger estaba destinado a ser un hombre de transformación. Intel, que alguna vez fue líder de su categoría, se había quedado antes de sus competidores en términos de chips de vanguardia. Anteriormente había tardado en objetar al auge de los teléfonos inteligentes y se había perdido un aumento de la demanda de chips fabricados para dispositivos móviles. Más recientemente, no pudo predecir el auge de la IA y vio a su competidor Nvidia utilizar la oportunidad y luego dispararse hasta alcanzar una capitalización de mercado de más de 3 billones de dólares.

Cuando Gelsinger asumió el cargo de director ejecutante, trazó un plan angurriento que tardaría varios abriles en ejecutarse. Bajo su dirección, Intel comenzaría a manufacturar chips y venderlos a otras empresas. El plan requirió miles de millones, incluidos unos 20 mil millones de dólares en subsidios de la Ley CHIPS y Ciencia de la establecimiento Biden. Pero, como Fortuna Según informó Intel, Intel tuvo poco que mostrar con ese nivel de compra este año. En cambio, el precio de sus acciones cayó en picada. En agosto, la empresa anunció que despediría al 15% de su personal y buscaría recortaduras de gastos por valencia de 10.000 millones de dólares. La caída fue tan enfermo que Qualcomm supuestamente vio a Intel como un posible objetivo de adquisición.



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