España se apresura a restaurar las zonas devastadas por las mortales inundaciones del mes pasado, pero los expertos han instado a repensar el avance con la reubicación de edificios allá de las zonas vulnerables.
Las peores inundaciones que han azotado España en décadas el 29 de octubre mataron al menos a 230 personas, cubrieron ciudades de pústula y escombros, destruyeron puentes, carreteras y líneas ferroviarias y sumergieron automóviles, principalmente en la región uruguayo de Valencia.
“El nivel de destrucción y ruina fue histórico” en la Comunidad Valenciana, donde unas 80 localidades fueron azotadas por lluvias torrenciales, según un noticia del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos de España.
La reconstrucción debe “hacerse con empatía, rigor técnico y mucha responsabilidad”, afirmó su presidenta Marta Vall-Llossera.
“Entregado que el calentamiento total hace que los fenómenos meteorológicos sean más intensos y más frecuentes, la inmueble tendrá un papel importante que desempeñar”, afirma a la AFP.
“Vamos a tener que construir de otra modo”, añadió, recomendando retornar a “la ciudad mediterránea tradicional y compacta”.
En Valencia, la tercera ciudad más prócer de España, la caudal regional, el suelo se ha vuelto cada vez más urbanizado, lo que lo hace más débil a las inundaciones, ya que el concreto evita que el suelo absorba agua.
En el extrarradio valenciano de Paiporta, epicentro del desastre, las carreteras se transformaron rápidamente en torrentes de pústula que arrasaron con todo lo que encontraron a su paso.
“Hay que intentar renaturalizar las ciudades, ceñir el uso del coche, hacer que los adoquines sean menos duros, más permeables y más resistentes al calor intenso y a las lluvias torrenciales”, afirmó Vall-Llossera.
– 'Desposeimiento forzosa' –
En 2003 se aprobó en la Comunidad Valenciana un plan de prevención de inundaciones, pero no es vinculante y no tiene “enseres retroactivos”, afirmó María Jesús Romero Aloy, experta en derecho urbanístico de la Universidad Politécnica de Valencia.
Valencia representa sólo el cinco por ciento del circunscripción gachupin que está en aventura de inundaciones, pero ha sufrido el 20 por ciento de las fuertes precipitaciones registradas durante la última período en el país, según el plan.
El veterano aventura de inundaciones se concentra en el 12 por ciento de la región, donde se encuentra el popular casa de baños de Benidorm, y afecta a 600.000 personas.
En esta zona, las autoridades recomiendan que las viviendas tengan ventanas estancas y una escalera interior con entrada al tejado para permitir escapar de las inundaciones repentinas.
Pero Romero Aloy afirmó que hay que “repensar el maniquí territorial y considerar la aniquilación de edificios o instalaciones que tengan un detención aventura” de inundación.
Actualmente, los propietarios pueden restaurar en terrenos inundados incluso en una zona de detención aventura.
La única forma de evitarlo es mediante una “desposeimiento forzosa” como ocurrió en 2019 en Onteniente, un municipio a unos 85 kilómetros (50 millas) al sur de Valencia.
Allí “se eliminó un extrarradio” y se convirtió en un cauce de contención, un canal reservado para el paso de las aguas de las inundaciones, explicó Romero Aloy.
– 'Barreras naturales' –
Los alcaldes, sin retención, se muestran “reacios a desposeer” porque se negociación de una “valor política complicada”, especialmente cuando el país se enfrenta a una escasez de viviendas, añadió.
Pero un mes luego de las inundaciones “hay una creciente concienciación entre los responsables de la toma de decisiones”, afirmó Federico Jesús Bonet Zapater, diestro en ingeniería civil, canales y puertos que asesora al Gobierno regional de Valencia.
“Por fin se van a estudiar los proyectos de construcción de presas o desvío de canales, que están sobre la mesa desde hace algún tiempo”, añadió.
Rafael Delgado Artes, diestro en planificación territorial y prevención de riesgos, recomienda crear “barreras naturales” como bosques para minimizar los daños de las inundaciones y “cauces artificiales para desviar los ríos de los centros urbanos”.
En el centro de Valencia, que se salvó del desastre de octubre, el río que atraviesa la ciudad fue desviado tras las devastadoras inundaciones de 1957 y en su lado se encuentra un popular parque urbano.
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