Las autoridades de Oslo anunciaron el lunes que habían convenido comprar misiles de defensa aérea AIM-120C-8 AMRAAM a Estados Unidos en un acuerdo por valencia de más de 4.000 millones de coronas noruegas (337 millones de euros).
Se manejo de una de las compras individuales más importantes nones realizadas por las Fuerzas Armadas de Noruega.
En una confesión publicada por la Agencia Noruega de Material de Defensa, el Ministro de Defensa del país, Bjoern Arild Gram, dijo que “con más y más nuevos misiles, las Fuerzas Armadas de Noruega tendrán una mejor capacidad para proteger a Noruega contra ataques aéreos”.
Noruega comparte una frontera de casi 200 kilómetros con Rusia y ha estado reforzando sus defensas desde la invasión a gran escalera de Ucrania por parte de Moscú en 2022. Los misiles adquiridos en el acuerdo son principalmente para los sistemas de defensa aérea terrestres del país.
Las armas igualmente se pueden instalar en los aviones de combate F35A, en cuyo exposición participó Noruega. El país cuenta actualmente con 34 aviones F35 en servicio activo.
¿Un llamado a las armas?
El acuerdo es la última medida de los países nórdicos para engrosar sus sistemas de defensa desde que Rusia invadió Ucrania.
Si correctamente Noruega, Dinamarca e Islandia fueron miembros fundadores de la alianza de la OTAN en 1949, Suecia y Finlandia siempre se habían resistido a los llamados a unirse al pacto de defensa a pesar de convertirse en socios en 1994.
En la cumbre de la OTAN en Madrid en junio de 2022, los dos países fueron invitados formalmente a unirse y se lanzaron ofertas oficiales para convertirse en miembros.
Finlandia fue aceptada en la alianza en abril de 2023, y la candidatura de Suecia se retrasó hasta el año sucesivo conveniente a las preocupaciones expresadas por Turquía sobre el apoyo del país a las causas políticas kurdas.
Tras su adhesión a la OTAN, Finlandia aumentó el pago en defensa en más de 2.000 millones de euros, un aumento del 40%. Suecia, que reintrodujo el servicio marcial obligatorio en 2017, aumentó su presupuesto de defensa en un 20%, con el objetivo de alcanzar el 2,8% del PIB en 2028.
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Mientras los líderes europeos reflexionan sobre cómo una posible segunda presidencia de Trump podría afectar la financiación estadounidense para la OTAN y el apoyo a Ucrania, países de todo el continente han prometido mayores gastos de defensa y ayuda marcial a Ucrania.
El primer ministro noruego, Jonas Gahr Støre, había prometido anteriormente que Noruega “apoyaría a Ucrania en nuestras palabras y acciones durante el tiempo que sea necesario”.
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